La señorita Campbell se deja llevar por su fascinación por las grutas de la isla de Staffa, lo que en conjunción por la adversa meteorología le lleva a verse atrapada en una gruta con gran riesgo para su vida.
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8:03
Capítulo 19. La gruta de Fingal
Una terrible tormenta se cierne sobre las Hébridas, haciendo arriesgado permanecer en el islote de Staffa. Pero los deseos de la señorita Campbell permanecer en Staffa son más fuertes que los peligros de la meteorología adversa.
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20:02
Capítulo 18. Staffa
En su afán de complacer a la señorita Cambpell desembarazándose de la enojosa compañía de Ursiclos, nuestros amigos recalan en un islote de origen basáltico de las islas Hébridas.
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11:26
Capítulo 17. A bordo del "Clorinda"
Los buscadores del Rayo Verde deciden, a instancias de la enérgica señorita Campbell, dejar el islote de Iona y buscar una alternativa equivalente en la que no les estorbe el inoportuno Ursiclos.
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13:25
Capítulo 16. Dos disparos
En los primeros días de septiembre los expedicionarios siguen en la isla de Iona tratando de avistar el Rayo Verde. El estado del cielo parece bueno para la observación, pero finalmente se topan con un inesperado obstáculo...
Esta obra de Verne relata la difícil busca de un fenómeno óptico, el rayo verde, que puede verse en ciertas condiciones en el momento en que el sol desaparece en el horizonte del mar, por parte de Sam y Sib Melvill, para tratar de casar a su sobrina Elena Campbell con Aristobulus Ursiclos, ya que dice la leyenda que dos personas que lo vean a la vez quedarán automáticamente enamoradas la una de la otra. Es un momento mágico en que dos personas descubren el amor a la vez. A la busca se une el pintor Olivier Sinclair.
Tras una serie de peripecias y de la busca del lugar ideal para avistar este mágico rayo verde, los protagonistas no tendrán el final deseado; pero, aun así, su amor no se verá demorado mucho más tiempo.
Además de servir como guía turística de las islas escocesas, la novela delinea también el antagonismo entre la ciencia encarnada por el sabelotodo Aristobulus Ursiclos (cuyo nombre aparenta un anagrama), y el humanismo representado en el poeta Olivier Sinclair, por el que Julio Verne fija su preferencia; posición explicable dada la personalidad del sabio, que es un sujeto extraño, antipático por su sequedad de corazón y su inteligencia puramente mecánica, valores totalmente alejados de las bondades filosóficas de los científicos de su primera etapa literaria.
El rayo verde no se incluye en el grupo clásico de las «novelas visionarias» que se le atribuyen a Verne; es considerada sólo como una novela de viajes y aventuras sostenida en una antigua leyenda romántica, además de contener indudables toques de humor.